Política

Respeto y admiro a quienes ejercen
el noble arte y grandiosa ciencia de la Política
con el único fin de servir a sus conciudadanos
consiguiendo resultados que les hagan felices
y, así, puedan disfrutar de los bienes necesarios
que les ayuden a vivir en un mundo
más humano, más solidario, más justo y mejor.

Pero odio, rechazo y vomito
a los que van a la política para 'forrarse'
y enriquecerse con comisiones y 'mordidas'.
Para ello, y para conseguir un escaño,
venden a Dios y a su madre
y con sus adversarios no dialogan ni razonan.
Sólo insultan, mienten y embarran el terreno.

Espectáculo asqueroso y repugnante ofrecen
quienes, desde su escaño o la tribuna de oradores,
se dirigen a compañeros de otros partidos
y a todos los ciudadanos que los ven por televisión
con mentiras, insultos, agravios e improperios.
No hacen propuestas razonables
para solucionar problemas.
Sólo bravatas y amenazas
para obtener o mantener la 'poltrona'.

¿Qué consiguen con ello?
Consiguen que un 42 por ciento de los jóvenes
de varios países -según recientes encuestas-
se muestren partidarios de una dictadura militar
o de un gobierno civil autoritario sin división de poderes.

¡Por lo que más quieran, señores políticos!,
hagan caso al actor Fernando Tejero:
"UN POQUITO DE POR FAVOR".

Olviden sus ombligos. Eleven sus miras.
Y en los Parlamentos... parlamenten,
hablen, discutan, razonen, propongan y no embarren.